El pasado martes Estados Unidos y Reino Unido profundizaron esta estrategia al anunciar un embargo sobre las importaciones de hidrocarburos rusos.
Europa, en cambio, se niega por el momento a decretar una medida similar sobre esas importaciones, que cubren el 40% de sus necesidades de gas natural y el 30% de petróleo.
La lista de empresas occidentales que salen de Rusia también aumenta, lo que hace temer despidos masivos.
Los efectos del paquete de sanciones golpearon duro al rublo, que sufrió una importante devaluación e impacto también en los precios internacionales del petróleo, gas y trigo.